Microsoft siempre ha protegido sus productos, como Windows y Office, con un sistema de licencias que asegura el pago de los usuarios. Aunque muchos dispositivos incluyen estos programas preinstalados, legalmente requieren una licencia válida. Sin embargo, recientes acontecimientos apuntan a una posible brecha en este sistema, poniendo en jaque la estrategia de software de la compañía.
¿Cómo funcionan las licencias de Microsoft?
Para usar Windows u Office de forma legítima, es imprescindible adquirir una clave alfanumérica, que se verifica en dos pasos: primero localmente, durante la instalación, y después en línea, confirmando que no ha sido reutilizada.
Este método de protección ha evolucionado desde los primeros sistemas de Microsoft, pero la validación online se consolidó con Windows XP. A día de hoy, con Windows 11 y Office 2024, sigue siendo la base de la protección.
Sin embargo, un grupo de hackers afirma haber desactivado por completo este sistema, eliminando la necesidad de licencias para activar cualquier versión de Windows u Office, sin recurrir a herramientas adicionales como KMS.
Microsoft mantiene la calma.
El grupo detrás de esta supuesta brecha no es nuevo: se trata de los creadores de MAS, conocidos por vulnerar productos de Microsoft. Según ellos, su método permite activar versiones antiguas y actuales, incluyendo:
- Windows 7, 8, 8.1 y Server.
- Funcionalidades avanzadas de Office 365 y Windows Server.
- Actualizaciones extendidas de Windows 10.
Aunque prometen compartir su herramienta en los próximos meses, Microsoft no ha confirmado la validez de este ataque. Incluso si fuera real, la compañía tiene recursos para implementar parches y reforzar la seguridad.
¿Qué implica para los usuarios?
Aunque este ataque podría parecer catastrófico para Microsoft, su impacto real sería limitado. Por un lado, afecta principalmente a sistemas desactualizados como Windows 7 y 8/8.1. Por otro, empresas serias difícilmente arriesgarían sus operaciones usando software sin licencia.
El mayor riesgo podría estar en las actualizaciones extendidas de Windows 10, pero Microsoft tiene tiempo para contrarrestar este método antes de que se generalice.
Por ahora, el panorama no sugiere grandes cambios. Microsoft podría aprovechar esta situación para mejorar su seguridad y continuar fortaleciendo su ecosistema de productos.